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Heridas no curadas aguardan víctimas de crímenes de lesa humanidad en Venezuela

Heridas no curadas aguardan víctimas de crímenes de lesa humanidad en Venezuela

Heridas no curadas aguardan víctimas de crímenes de lesa humanidad en Venezuela

Heridas no curadas aguardan víctimas de crímenes de lesa humanidad en Venezuela


Desde la Redacción Hasta que caiga la Tiranía

Desgarradores los testimonios de las víctimas de torturas por parte del régimen venezolano que en sus propias voces rindieron en el encuentro “Buscando la Verdad”, que este viernes se expusieron en el marco del tercer informe de investigación presentado por el panel de expertos de la OEA que insta a la Corte Penal Internacional intervenir para poder judicializar los casos.

El Panel de Expertos Internacionales Independientes, perteneciente a la OEA, presentó su tercer informe sobre víctimas de crímenes de lesa humanidad en Venezuela, en el que aseguran que en el país se siguen cometiendo crímenes de lesa humanidad y que no se rinden cuentas, y que los funcionarios medios y de alto nivel que los ordenan siguen en sus puestos.

Santiago Cantón, uno de los expertos, recordó que el objetivo final del informe era demostrar que “dentro de la justicia penal venezolana no se está avanzando para encontrar los responsables de los principales crímenes de lesa humanidad. Por lo tanto, si no está avanzando dentro de Venezuela solamente queda la CPI para tratar de intervenir”.

Crueles torturas que quedan en el alma

“Mi nombre Jesús Alemán. Tengo 31 años, empecé mi trayectoria como dirigente estudiantil teniendo tan solo 12 años”, inició el relato este expreso político en su intervención ante la OEA.

Jesús Alemán expresó con lágrimas en los ojos, como quien aún no supera una herida por lo traumático que fue estar tras las mazmorras de la dictadura chavista; contrajo escabiosis y se “me caí la carne de mis dedos en pedazos, llegándome a ver los tendones de mis pies, me enfermé y me negaron asistencia médica ordenada por todas las instancias posibles hasta por el Colegio de Médicos, no podía caminar.



Las condiciones sanitarias eran deplorables, habían más de 40 casos de tuberculosis; “dormía al lado de un exfuncionario policial que cada vez salía en las noches en complicidad de los agentes de la dictadura ajusticiaba a los que estuvieran en una lista; eran los sicarios de la dictadura. Yo no dormía porque en las noches me mandaban a tirar gas lacrimógeno en las partes donde me encontrara y me decían: aguanta “guarimbero”.

Recordó que "guarimbero" se les decía a todo aquel que protestara pacíficamente en contra de la dictadura: “un claro mensaje de alerta que nos mandaban, era que cada mañana era normal que alguno de nosotros amaneciera apuñaleado; también viví un motín cuando un custodio intentó protegerme le dieron un disparo en la cabeza, y yo caí con él". “Este camino me llevó a estar preso, o mejor dicho secuestrado por el Sebin, la policía política de la dictadura, en dos oportunidades, no sin antes intentar ejecutarme un 18 de febrero del 2014”.

“Un día donde todo el país entero estaba movilizado por la búsqueda por la libertad. Fui arrodillado y apuntado en un callejón, pero el arma el gatillo y la molestia lo llevó a golpearme con el arma a dejarme tirado. La primera vez que caí preso en manos del Sebin marzo del 2014 con tan solo 20 años de edad por orden del gobernador del momento Wilmar Castro Soteldo”, denunció.

“En 2018 me detuvieron, me taparon la cara con una bolsa negra, colocaban una especie de goma espuma y con un bate me golpeaban. Y las torturas psicológicas con que cada aplauso en mitin lo iba a recibir en golpes. Solo pensaba en mi familia, mi novia y mi equipo, es lo que me daba fuerza para seguir aguantando”, contó ante el panel de expertos.

A Alemán no solo lo acusaban de ser activista político, también lo incriminaban en el delito que asegura no cometió; “me falsificaron pruebas. Me obligaron a firmar un montón de papeles. Me trasladaron a una cárcel común Campo Lindo”.

Luego le plantearon, según su testimonio, tres escenarios una salida del país y otras dos dentro con tortura. “El 27 julio de 2018 me expatrian de mi país”, lamentó ex preso político. “Estoy concentrado en el presente y en el milagro que estoy vivo. Aunque me sienta vulnerable hay que alzar la voz por los que siguen allá”.

Apenas uno de los tres mil casos de crímenes de lesa humanidad que se investiga en la Corte Penal Internacional, crímenes que no prescriben y cuyos dictámenes se determinan de manera personal, en que los incriminados no pueden alegar que lo hacían “porque recibían órdenes superiores”.