• March 29, 2024, 8:45 am
  • info@hastaquecaigalatirania.com
  • Error>

Reportaje: El psicoterror y “multas” por error prevalecen en Saime de Caracas

Reportaje: El psicoterror y “multas” por error prevalecen en Saime de Caracas

Reportaje: El psicoterror y “multas” por error prevalecen en Saime de Caracas

Reportaje: El psicoterror y “multas” por error prevalecen en Saime de Caracas


Desde la Redacción Hasta que caiga la tiranía

El psicoterror tomó el Saime de plaza Miranda en Caracas, donde además árabes y chinos se nacionalizan en un día, a cambio de altas sumas de dólares, mientras cubanos manejan la información sistematizada, en que una persona puede tener aparecer con errores en su identidad, y para solventarlo sólo debe “bajarse de la mula”.

Son las denuncias cotidianas del sistema Saime en Venezuela, cuyos servicios estuvieron suspendidos entre el 13 y 17 de marzo por un supuesto proceso de “adecuación tecnológica”, pero sigue generando dudas por la falta de información en la plataforma, por lo que quienes acuden a algunas sedes se ven obligados a pedir orientación; pero si caen en funcionarios inescrupulosos o de algún efectivo del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional puede ser presa fácil de “sobornos express”, que pueden oscilar desde mil dólares, hasta 5 mil dólares.

Pero, no solo los que acuden a estas oficinas son víctimas de la delincuencia desatada en este órgano del Estado; también los que trabajan allí denuncian psicoterror, al punto que andan en ojo avisor si le “encomiendan” ciertos oficios para agilizar determinado proceso, es la denuncia que hace un informante de este medio, que se reserva su identidad por seguridad, y que da datos comprometedores de comisarios del Sebin que han hecho de estos trámites sus modus operandi.

Como el comisario Frank Bastidas, es identificado uno de los funcionarios que en supuesta complicidad con otro de apellido Obrega, es considerado un “Pedro Estrada” de la dictadura de Pérez Jiménez, que siembra terror; “siembra terror, la idea de él es pedir su multa, que puede estar entre 200 a 10mil dólares, hasta para meter gente a trabajar en el Saime”.

Todo esto pasa en la sede del Saime, de plaza Miranda, Caricuao, en el área metropolitana de Caracas, donde es cotidiano el sacar pasaporte VIP en un solo día, o algún otro trámite con la ligereza que da el “pago express”.

Al funcionario le forjaron un expediente, hace dos aùos y lo cual lo llevó hasta a la cårcel, ahora no tiene ni donde vivir; explicó que cuando vino la Êpoca de la pandemia una persona se le acercó a su domicilio notificåndole que se había sacado dos pasaportes y se los dejó a Êl para que otra persona lo pasara buscando, pasaron dos meses y los retiró otra persona.

“Me imagino tendrían su chanchullo y desaparecieron, me metieron a mi luego en ese lío de trámites irregulares, prácticamente me sembraron, nada me llamaron a declarar, pero como se cómo son esas declaraciones dentro del Saime, no fui, por lo que me levantaron un expediente por forjamiento de documentos, como si hubiese sido el que cometió la fechoría. Me mandaron a tribunales, donde aparezco como solicitado, desde esa fecha sin poder conseguir trabajo”.

“Y así como a mí, a muchos compañeros de trabajo, que han sido objetos de acosos por parte de estos comisarios, que hacen y deshacen allí en esa sede central en complicidad del director de esa oficina; hacen los que le da la gana con la gente, enriqueciéndose. En ese Saime nadie trabaja con gusto, solo los que tienen sus “rebusques”, pero los que laboran de manera normal pasan las de Caín, sobre todo, porque los beneficios son escasos, sin seguros, mientras los jefes andan en tremendos carros, cambian de residencias en lujosas quintas y nadie les dice nada”.

“A esa gente no le interesa la edad que tengan las personas, lo que les interesa es que les paguen sus multas; en complicidad de la Inspectoría del Saime, un mundo sin ley, en que un árabe, chino o cualquier extranjero puede nacionalizarse en un día, pagando altas sumas de dólares”.

El inicio de un complot

La historia de nuestro denunciante comenzó, cuando era funcionario en la oficina de Plaza Caracas; estaba en un grupo de wasap e hizo una convocatoria a protesta, ademås de hacer comentarios contra el sistema; de pronto lo llamaron a tomar unas fotos y terminó involucrado en una investigación, por el 2014. Fue llevado a tribunales, y encarcelado en San Juan de los Morros, donde pasó varios meses.

Al salir libre, lo reincorporan en la sede de Plaza Miranda, Caricuao, donde tras llegar la pandemia le pasó el complot.

Reveló que el sistema Saime lo manejan los cubanos a nivel del sistema automatizado y los negocios se reparten entre la dirección de esa institución, Gustavo Viscaíno, y los comisarios del Sebin que allí hacen sus “modus vivendi” de psicoterror entre los empleados y las “multas” a los usuarios incautos. “Hubo trabajadoras que tuvieron que renunciar, no es fácil, en Venezuela no hay justicia”.

Nuestro denunciante confiesa vivir de un lado a otro, sin un lugar fijo adonde vivir, casi en la indigencia a sus 53 años de edad; “estoy destruido psicológicamente, y en estado de desnutrición, es tanto la presión en el Saime que un compañero, de 26 años, le dio un infarto. Los trabajadores andan atemorizados, y se abstienen de protestar”.