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¿Por qué Trump recurre a una ley tan antigua para deportar?

¿Por qué Trump recurre a una ley tan antigua para deportar?

¿Por qué Trump recurre a una ley tan antigua para deportar?

¿Por qué Trump recurre a una ley tan antigua para deportar?


Desde la Redacción Hasta que caiga la Tiranía.-

Este lunes, la Corte Suprema de Estados Unidos dictaminó que el gobierno del presidente Donald Trump puede seguir invocando la Ley de Enemigos Extranjeros (Alien Enemies Act) de 1798 para las deportaciones, aunque le recuerda que debe darles a los migrantes “la oportunidad de impugnar su expulsión”.

“La notificación debe darse en un tiempo razonable y de tal manera que les permita efectivamente solicitar el hábeas corpus en el lugar apropiado antes de que ocurra dicha remoción”, determinaron los magistrados en el dictamen.

Aunque la Corte Suprema no precisó la legalidad del uso de la ley para procesar a las deportaciones, aspecto que deberá resolverse en instancias inferiores.

A través de esta modalidad jurídica, es que de las calles de varias ciudades estadounidenses como Miami, Houston, Chicago o Nueva York han terminado al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), denominada también la”megacárcel” de El Salvador, aunque algunos familiares han salido a su defensa de que no todos se tratarían de delincuentes.

Se trataba de más de 200 venezolanos, a los cuales el gobierno de Donald Trump acusó, sin aportar pruebas, de formar parte del temido Tren de Aragua, una de las bandas criminales más peligrosas de Venezuela, recuerda la BBCMundo.

Para justificar este procedimiento, la Casa Blanca utilizó una ley casi tan antigua como el propio país: la Ley de Enemigos Extranjeros (Alien Enemies Act) de 1798, empleada durante la Segunda Guerra Mundial, para avalar el internamiento en campos de detención de 30 mil personas de origen japonés, alemán o italiano.

Pero, ahora, según algunos detractores, Trump habría pasado por alto la orden de un juez, quien decidió paralizar las expulsiones, por considerar que ese instrumento legal no se podía aplicar a este caso. Decisión revocada este lunes ante la solicitud de la administración Trump de no poder regresar a uno de los deportados de El Salvador.

Tiempos de guerra

Aun cuando no se está en un contexto de guerra formalmente, pero esta vez las condiciones son otras y las tácticas de los enemigos son tan imperceptibles ante tanta modernidad, es oportuno precisar qué contempla la Ley de Enemigos Extranjeros; ¿qué poderes distintos otorga a las autoridades y cuándo fue la última vez que se aplicó?



(Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 fue empleada por última vez durante la Segunda Guerra Mundial, cuando sirvió para permitir el internamiento en campos de detención de 30.000 personas de origen japonés, alemán o italiano)

La tan citada “Ley de Enemigos Extranjeros” es una norma de 227 años de antigüedad, la cual le otorga a los presidentes la autoridad para ordenar la detención y expulsión de ciudadanos de aquellos países con los que EE.UU. se encuentre en guerra. Es decir, naciones con las que mantenga hostilidades reales. Venezuela es una de ellas en estos momentos. Los pronunciamientos del tirano son muy evidentes.

Se trata de un instrumento aprobado por el Congreso con el apoyo del presidente John Adams cuando la nación norteamericana estaba al borde de la guerra con Francia, y se buscó prevenir el espionaje y el sabotaje extranjeros.

“Se generó mucho alarmismo sobre los simpatizantes franceses en el país y sobre conspiraciones para, básicamente, poner a EE.UU. del lado de Francia”, rememora Steve Vladeck, profesor del Centro de Derecho de la Universidad de Georgetown, a la Radio Pública Nacional de EE.UU. NPR.

Desde esa fecha, se ha aplicado en tres ocasiones: en 1812, durante la guerra que EE.UU. mantuvo con Reino Unido y en la que la Casa Blanca fue incendiada por tropas británicas. Por segunda vez durante la Primera (1914-1919) y la última vez Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

Según el catedrático, en el primer conflicto global, las autoridades estadounidenses aplicaron la ley para internar a más de 6.000 “extranjeros enemigos”, muchos de ellos alemanes, en campos de internamiento, y algunos estuvieron detenidos hasta dos años después del fin de los combates.

En esa ocasión, el Servicio de Alguaciles de EE.UU. registró a 480.000 “extranjeros enemigos” alemanes y arrestó a 6.300 entre la declaración de guerra en abril de 1917 y el armisticio en noviembre de 1918.

Y durante la Segunda Guerra Mundial, esta excepcional medida se usó para permitir el encarcelamiento de ciudadanos alemanes, italianos y japoneses que vivían en EE.UU.

Fue así como más de 30 mil personas pasaron la guerra en campos de internamiento, porque Washington los consideraba “peligrosos” para la estabilidad y seguridad de esta potencia mundial.

Ahora, la decisión de Trump de recurrir a este instrumento legal ha generado mucha controversia. Desde el Centro para el Progreso Americano (CAP, por sus siglas en inglés) denunciaron que la implementación actual de la ley constituye “un peligroso abuso de poder que busca privar a las personas de sus derechos legales”.

“Todo estadounidense, independientemente de su ideología política, debería estar preocupado por el hecho de que el presidente esté recurriendo a poderes que se invocaron por última vez para detener a miles de estadounidenses de origen japonés en campos de reclusión, uno de los momentos más vergonzosos de la historia de EEUU”, detalla la organización no partidista en un comunicado.

De acuerdo a los juristas, indica BBC Mundo, el instrumento legal permite al gobierno detener y expulsar a personas sin tener que garantizarles el debido proceso, es decir, sin tener que ofrecerles el derecho a defenderse, a apelar ante una instancia superior, entre otros.

La Alien Enemies Act da al gobierno de Trump un poder ejecutivo muy amplio y sin restricciones para detener y expulsar a los inmigrantes indocumentados a voluntad”, precisa Tichenor.

“La norma autoriza a los presidentes a agilizar el proceso de deportación, dejando a los no ciudadanos sin posibilidad de recurrir a los tribunales de inmigración”, agregó el experto.

Al impedirle a los inmigrantes acceder a sus garantías judiciales se reducen los tiempos y se pueden ejecutar deportaciones más rápidas y a gran escala, como así prometió Trump en su campaña.

Otro aspecto es que la Ley de Enemigos Extranjeros no requiere que se presenten pruebas de que un extranjero es una amenaza, basta con la simple sospecha, advierte Katherine Yon Ebright, del Centro Brennan para la Justicia.

Hay varias familias de los enviados a El Salvador que dicen que no forman parte de grupos criminales; se desconoce el estándar que usó el gobierno de EE.UU. para determinar que sí lo eran.