• April 29, 2025, 3:30 pm
  • info@hastaquecaigalatirania.com
  • Error>

Nuestro análisis: Multiplicar los pobres, ¿por qué?

Nuestro análisis: Multiplicar los pobres, ¿por qué?

Nuestro análisis: Multiplicar los pobres, ¿por qué?

Nuestro análisis: Multiplicar los pobres, ¿por qué?


Desde la Redacción Hasta que caiga la Tiranía.-

¿Alguna vez nos hemos preguntado por qué durante décadas de "revolución”, los pobres no dejan de ser pobres y por qué los gobiernos que se autoproclaman salvadores del pueblo necesitan que el pueblo nunca se salve?

El llamado Socialismo del Siglo XXI convirtió la pobreza en su principal activo político. En este modelo, si alguien progresa ya no lo necesitan y si no lo necesitan ellos pierden poder. No sé trata de errores, se trata de diseño y por eso hay que decirlo con todas sus letras: El Socialismo del Siglo XXI necesita que el ciudadano se mantenga pobre.

Y es que la llamada revolución bolivariana, el castrismo, el orteguismo y hasta el discurso reciclado de Gustavo Petro tienen un lugar común: la pobreza es capital político y no buscan superarlo, porque la necesitan, usan, reciclan y predican como si fuera un valor.

Mantener a millones de ciudadanos en la supervivencia

Ya lo dijo Hugo Chávez en el 2005: ser rico es malo e inhumano. Por su lado, Fidel Castro ya lo había asomado en 1962 cuando refirió que su revolución era de los humildes y para los humildes, y más reciente Petro, el presidente de Colombia, señalaba que quería no era que los pobres dejaran de ser pobres, sino que fueran iguales. Traducción: que todos estén abajo para que el Estado juegue a ser Dios.

Este modelo no es accidental, sino estructural y está diseñado para mantener a millones de ciudadanos en la supervivencia y no en el desarrollo, porque esto trae autonomía que es veneno para el socialismo autoritario.

Hacia el año 1998, cuando Chávez llegó al poder, nuestra nación tenía un índice de pobreza estimada en 45% y en el 2024, según el informe anual del ENCOVI, el 82,8% de los hogares venezolanos viven en pobreza por los salarios miserables, mientras 50,5% está en pobreza extrema y 51,9% padece de pobreza multidimensional, que abarca salud, educación y servicio.

Importante destacar que una de las herramientas aplicadas por los regímenes chavista-madurista, para afrontar la crisis provocada por una supuesta guerra económica, son las cajas Clap que no alimentan, pero controlan; mientras los bonos entregados a través del sistema Patria no empoderan, pero condicionan y lo más grave es que no hay derecho a réplica, solo a la obediencia.

Otro dato alarmante: la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) concluyó que Venezuela es el único país de América Latina donde la pobreza sigue aumentando sin guerra ni desastre natural.

¿Cómo puede darse esta situación deporable? Porque aquí la pobreza es un modelo de poder. Si retrocedemos unas dos décadas encontramos que más de cinco millones de hectáreas productivas fueron expropiadas y hoy se encuentran improductivas en manos de militares, mientras el campesinado carece de herramientas, con importaciones desbordadas y un país que no se alimenta.



Radiografía del desastre económico

Según el informe del Fondo Monetario Internacional, correspondiente a abril de 2025, Venezuela este año tendrá la mayor inflación del planeta, cercana a 180% , lo que la posiciona como la tasa más alta del año, por encima de países como Sudán (100%) y Zimbabue (92.2%). Además, el FMI pronostica que nuestro Producto Interno Bruto caerá -4% al final de este año, seguido de una caída más pronunciada en 2026 de -5,5%, lo cual representaría un retroceso significativo tras un crecimiento estimado del 5,3 % del 2024.

Aclara el organismo multilateral que la falta de datos oficiales del Banco Central de Venezuela impide estimaciones confiables, y aunque el país técnicamente salió de una etapa de hiperinflación está atrapado en una inflación extrema que pulveriza el poder adquisitivo. En conclusión: Venezuela es hoy la economía más frágil de América Latina y una de las más distorsionadas del mundo.

Y si seguimos analizando otras variables del caos creado por el chavismo-madurismo los últimos 26 años, etapa en la que la clase media fue atrasada en Venezuela, se observa que 75% de los profesionales de este país han caído en el subsidio o la migración, según cifras de Polianalítica.

Es evidente que el régimen no quiere clase media, quiere sumisos y este modelo es duda alguna exportable. En Cuba más del 70% de su población vive en pobreza material; mientras en Nicaragua lo hace un 48,3%, indica el Banco Mundial. Allí la libreta de racionamiento es cadena y no red.

En Bolivia, por su parte, durante los gobiernos del MAS los bonos sociales sirvieron para comprar votos y controlar ciudadanos, que en la gestión de Luis Arce sigue operando, tanto así que el Instituto Nacional de Estadística indica que en zonas rurales la dependencia estatal supera el 75%, bajo el control del partido oficial.

Esto no es accidental, es un método de los sistemas socialistas. No es una falla, sino de un sistema al que no le conviene que el pobre pueda progresar, sino sobrevivir y para hacer esto último hay que arrodillarse ante el caudillo.

Ya lo dijo en una oportunidad el intelectual Wolfang Streek: "Los populismos autoritarios crean crisis que solo ellos fingen poder resolver", una manera de mantener su mentira y perpetúa su poder.

Así que la próxima vez que escuche a un socialista decir que ama a los pobres, pregúntele: ¿por qué los multiplica y los necesita callados?, ¿por qué los necesita en fila y en silencio, esperando una caja de alimentos?

Sin duda porque usted mientras siga pobre ellos serán más poderosos, pero sí usted piensa, se libera y progresa ellos se esfuman y eso es lo último que no se pueden permitir los autoritarios, sentenció nuestro director del Canal Hasta que caiga la Tiranía, el doctor Norbey Marín, en el programa la mañana de este lunes.